Mientras sube al autobús siente el nudo
en el estómago pero aguanta el tipo y sonríe conteniendo las lágrimas. Su madre
no será tan fuerte y dará rienda suelta a la emoción de ver cómo su niña,
aunque por una semana, abandona el nido, las alas de mamá gallinita. Ella subirá al autobús deprisa y buscará
dónde sentarse, preferiblemente en una ventanilla para poder seguir
despidiéndose de su familia con la mano y mostrarles lo fuerte y lo mayor que
es. Cuando se abrocha el cinturón de
seguridad, de algún modo se está desprendiendo del último cordón umbilical. Tiene once años y mil pájaros en su cabecita
preadolescente. El autobús se aleja del
pueblo veloz y ella mirará una última vez la catedral y verá de lejos el campo
de fútbol donde tantas veces ha entrenado con su equipo y pensará en su
hermano, inseparable, su mellizo que ahora no estará para protegerla. El nudo en el estómago va dejando paso a un
gusanillo agradable de lo que está por venir.
Un viaje a cualquier lugar es a menudo un viaje hacia uno mismo. Una oportunidad para ser nosotros mismos o la
persona que realmente queremos ser. Sueños
de libertad. De amistades verdaderas
aunque efímeras. Otros lugares y cosas
que aprender. La sensación de estar
haciendo algo grande, importante. De
distinguirse del resto. Sobre todo de las aquellas a las que dejó atrás con una
mueca de envidida. Y cuando regrese, ya
estará un paso de gigante por delante de ellas.
Cuando regrese, las sirenas se
acercaran a ella con sus cánticos maliciosos a saber y a preguntar para luego
desdeñar y decir que lo que ellas se han perdido no era para tanto. Pero tú ya estás un paso por delante de las
cigarras. La hormiguita trabajadora y
lista y fuerte y guapa. Las que se quedan
son reinas de un palacio invisible. Viajar
te hará mejor persona, más segura de ti misma y te darás cuenta de que nunca
más tendrás que andar detrás de nadie.
Tú ya estás un paso por delante.
Si yo fuera María, estaría taaaan feliz de tener una hermana mayor que me escribe cuentos así...
ResponderEliminarDe vez en cuando e sdivertido dedicarle unos minutillos al aspecto del blog, ¿a que sí? Para mí es hasta un poco peligroso, se me pueden pasar los minutos (casi las horas) sin darme cuenta, con la cantidad de cosas "urgentes" que hay que hacer siempre.
Y qué chulo este, con su taza de café y su cuaderno.