17 de enero de 2012

Poesía para el desestrés

La pendiente de diciembre
Y la cuesta de enero
La dieta que siempre tengo que empezar colgada en la nevera
El café que me ha revuelto el estómago
La lista de “to do´s” persiguiéndome por cualquier rincón de la casa
Un detalle banal podría alegrarme el día
Hoy en día a eso se le llama short message
Los hombres aún no lo saben
Pero es tan fácil contentar a una mujer
La tripa que encojo al pasar al lado del espejo
La clase sin preparar que me desafía como la hoja en blanco al poeta
El estrés es un monstruo nauseabundo que solo desaparece si me duermo
Entonces miro la lista
Y la cesta de la ropa sucia
Y la cama deshecha
Y la cazuela vacía
El monstruo me da una tregua en el sopor de su propio sueño
Silenciosamente
Apago el ordenador
Me visto y salgo de la gruta sin ser vista
y me monto en la bici
y me compro en las rebajas el atuendo perfecto
para llevarme a la cama al enemigo nauseabundo
y acabar con él en ese ring de boxeo.

Enero de 2012

1 comentario:

  1. Ya lo decía alguien, la poesía es un arma cargada de...
    ¡Y quién va a negarnos que la poesía nos ayuda a (sobre)vivir!

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