Mi pequeño tesoro:
No sé si te has dado cuenta de las cosas que le pasan últimamente a tu futura mami...Por ejemplo que en el último mes ya ha tenido tres sustillos con el coche: el primer día de clase el espejo retrovisor en el barrio, el martes pasado no me arrancaba el coche al salir de clase y ayer le di un golpecito al coche de un compañero...mira que está torpe tu madre!; dicen que tú tienes algo que ver con este despiste, qué le vamos a hacer...mientras todo se quede en estos sustillos...
Algunas mañanas me despiertan los calambres en las piernas y tu papi tiene que tirarme del pie para que se me pase, le despierto con un grito y él, resignado, procede con paciencia y amor a realizar la misma operación. Hace mucho que ya no sé lo que es dormir de un tirón sin levantarme a hacer pipi una o varias veces, supongo que esto es un preludio de las famosas noches en vela que regaláis los hijos a los padres, ah! y tu papi ya se ha acostumbrado a que necesite tres almohadas para poder conciliar el sueño: una para la cabeza, otra para apoyar el brazo derecho (suelo seguir los consejos y dormir del lado izquierdo) y otra entre las piernas para que no se me entumezcan durante la noche (tiene tela, la cosa); creo que hasta ahora he tenido todos los síntomas registrados del embarazo, es increible; pero qué bien que todo se desarrolle normal aunque sea padeciendo estos síntomas y molestias...
Desde hace un par de semanas te noto todos los días y desde la semana pasada papi te nota también y se ve desde fuera cuando das una patadita. Eso me da mucha tranquilidad pero también empiezas a tener más actividad cuando me tumbo o por la noche y entonces te hablo y te digo que te duermas y que dejes dormir a mami...
En el coche cuando voy a trabajar pongo música y canto porque dicen que a los bebés les gusta porque ya se supone que me oyes. Aunque nadie más lo sabe, papi y yo te llamamos ya por tu nombre casi desde los tres meses, es como si ya estuvieras aquí y fueras parte de nuestra familia. Tengo tantas ganas de conocerte y llamarte y estar contigo y olerte...pero tú bebé ahí quieto, eh, no vayas a querer salir ya, hay que aguantar por lo menos hasta los Reyes Magos :-)))
Ya te he comprado cositas, tienes ya dos trajecitos, tres pijamas, bodys y algunos calcetines; tengo en una estanteria todas las cosas que son para ti; la gente me dice a menudo, cómo te va a cambiar la vida: pues qué ganitas de que nos cambies la vida! eres un bebé muy querido y soñado. Cuando llegues te estaremos esperando pero hará bastante más frío que en la tripa de mami. Hibernaremos como los osos, veremos los copos de nieve y el invierno pasar lentamente desde nuestra ventana.
21 de septiembre de 2010
15 de septiembre de 2010
Entre el otoño y la tos: lecciones de Zenón
En la antigua Grecia, la escuela filosófica estoica encabezada por Zenón de Citio tenía claro que el hombre sabio (o sea el hombre libre, el hombre feliz) es aquel que domina sus pasiones, aquel que se resigna a ellas y las acepta sumisamente rigiéndose por los principios de la razón y la virtud; las pasiones son desviaciones de nuestra propia naturaleza (pathos); las reacciones como el placer, el dolor o el temor pueden y deben dominarse a través del autocontrol ejercitado por la razón, la impasibilidad (apatheia- de la que deriva la "apatía") y la imperturbabilidad (ataraxia);
Esta lección me viene en el mejor momento para reflexionar sobre el dolor (en mi caso el dolor físico provocado por las anginas y la tos) y la manera en que lo aplacamos en la sociedad occidental de hoy en día. Reconozco que soy la típica persona que no aguanta el dolor, mi filosofía sería la contraria a la estoica, por qué tenemos que soportar el dolor? por eso tengo un amplio botiquín en casa y un mini botiquín en el bolso para dolores varios: de cabeza (lo más frecuente), de espalda, de muelas, de oídos, de ovarios!, etc. La cuestión es que hasta la fecha, cuando me dolía algo, me tomaba una pastilla (o lo que pillara); pero ahora el cuento ha cambiado: ya no soy sólo yo, sino que llevo conmigo este milagro de carne y hueso al que debo proteger de mis manías medicamentales y por mi bien quizá debería empezar a poner en práctica la filosofía de Zenón. Pero es más difícil de lo que pensaba; Es como estar en un ring de boxeo a solas con el dolor, es una situación nueva: dos enemigos desarmados; busco en mi fuerza interior la manera de dejarlo fuera de combate. Esta nueva vida que crece en mí me aporta nuevos valores; ahora el tiempo para sentirse bien no hay que mendigarlo sino buscarlo y comprarlo como sea; la paciencia, la búsqueda de la tranquilidad (zen?) todo sea por hacer que este milagro crezca libre de la lacra del estrés de nuestros días; y de nuestra obsesión por anestesiar todo tipo de dolores, hasta los del alma; quizá sea por algo por lo que todos los seres humanos nacemos sufriendo, atravesando un pseudo canal navegable imposible; quizá ésa sea la primera lección de Zenón; pero quizá sea por algo también por lo que jamás somos capaces de recordarlo...
Esta lección me viene en el mejor momento para reflexionar sobre el dolor (en mi caso el dolor físico provocado por las anginas y la tos) y la manera en que lo aplacamos en la sociedad occidental de hoy en día. Reconozco que soy la típica persona que no aguanta el dolor, mi filosofía sería la contraria a la estoica, por qué tenemos que soportar el dolor? por eso tengo un amplio botiquín en casa y un mini botiquín en el bolso para dolores varios: de cabeza (lo más frecuente), de espalda, de muelas, de oídos, de ovarios!, etc. La cuestión es que hasta la fecha, cuando me dolía algo, me tomaba una pastilla (o lo que pillara); pero ahora el cuento ha cambiado: ya no soy sólo yo, sino que llevo conmigo este milagro de carne y hueso al que debo proteger de mis manías medicamentales y por mi bien quizá debería empezar a poner en práctica la filosofía de Zenón. Pero es más difícil de lo que pensaba; Es como estar en un ring de boxeo a solas con el dolor, es una situación nueva: dos enemigos desarmados; busco en mi fuerza interior la manera de dejarlo fuera de combate. Esta nueva vida que crece en mí me aporta nuevos valores; ahora el tiempo para sentirse bien no hay que mendigarlo sino buscarlo y comprarlo como sea; la paciencia, la búsqueda de la tranquilidad (zen?) todo sea por hacer que este milagro crezca libre de la lacra del estrés de nuestros días; y de nuestra obsesión por anestesiar todo tipo de dolores, hasta los del alma; quizá sea por algo por lo que todos los seres humanos nacemos sufriendo, atravesando un pseudo canal navegable imposible; quizá ésa sea la primera lección de Zenón; pero quizá sea por algo también por lo que jamás somos capaces de recordarlo...
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