Yo comparto esta visión y voy mucho más allá: una mujer debe tener dinero y una habitación propia (real o en todo caso debe tener su espacio propio) para poder desarrollarse como persona en cualquier circunstancia, sea escritora o no.
Por eso he querido bautizar a mi espacio propio así, en honor a la Woolf (y porque por algún lado se tenía que ver la Filología Inglesa, lo reconozco) aunque quizá debería decir que lo he rebautizado (y de ahí lo de "nueva"). Mi primer amago de blog ya se llamó "una habitación propia" y lo tuve a través del espacio de msn. Sin embargo, durante los últimos años he sufrido en carne propia el síndrome de la pantalla en blanco...sí, hemos cambiado la página por la pantalla, qué le vamos a hacer! Somos hijos de nuestro tiempo. Pero, hoy por fin me he animado a abrir esta ventana para dar salida a mis divagaciones, observaciones y pensamientos.
Para terminar con esta introducción-presentación, una anécdota: es curioso y precioso que hoy "nazca" mi blog y que también haya sido hoy el día en el que ha nacido el hijo de una amiga, la cual, con su blog, me ha dado el empujoncito que necesitaba para crear el mío. Desde aquí quiero darte las gracias por compartir tu blog conmigo e inspirarme a comenzar el mío. Me emociona esta bonita coincidencia: el nacimiento de tu pequeño milagro y el mío...
Hermosa coincidencia, sin duda alguna, la del nacimiento de Tobias y el de tu blog. Por fin puedo leerte, después de tantos meses deseándolo y hablando de ello, qué emoción!
ResponderEliminarTe adelanto ya que, pese a contar con una habitación propia, real y ficticia, creo que no podré ser tan rápida escribiendo mis comentarios en tu blog como desearía: un bebé requiere de mucha atención, muchos cuidados y cariño y atenciones. Y bendito el tiempo que paso a su lado!!!Pero prometo que, siempre que pueda, escribiré.
Un apunte más: yo descubrí esta idea de V.Woolf en segundo de carrera, casi por casualidad, en una asignatura de libre elección (en Hispánicas no tiene mucho lugar la literatura anglosajona, a menos que te busques tú un poco la vida, como hice yo...) y, desde entonces, la tengo muy presente. Diría que a veces casi me obsesiona y, aunque sea a base de pequeños detalles, de momentos muy fugaces o conquistas que no se ven desde fuera, lucho por mantener mi espacio CADA DÍA. A veces pelenaod incluso contra mí misma, o mi marido, o mi educación, o lo que los demás esperan de mí.
Ya ves, algo más en lo que coincidimos. Y no creo que sea mera casualidad, pues las cosas nunca pasan porque sí, siempre hay una razón detrás. Si es que, como dice mi abuela, Dios los cría y ellos se juntan. O nosotras nos juntamos ;-)