26 de marzo de 2010

Los idus de marzo

Los idus eran en la antigüedad romana días de buenos augurios, hasta que a Julio César le advirtieron que se guardara de los idus de marzo y éste, desoyendo la advertencia, fue finalmente asesinado.
Desde que trabajo en la enseñanza en Bélgica, los idus de marzo se han convertido en mi peor pesadilla: la incertidumbre. Por esas fechas los profes recibimos el resultado de nuestra Desiderata (sí, terríblemente romano...) es decir, el boceto de horario que tendremos el curso escolar siguiente de acuerdo con lo que previamente hemos solicitado. En mi caso la tortura es por partida triple, al trabajar en tres escuelas diferentes. Os lo juro, estos idus, no se los deseo a nadie. Cada año (y así seguirá mientras sea profesora interina y dios sabe cuándo seré fija...) la misma retahíla de frases condicionales: si no tengo horas suficientes, echaré más currículum allí o allá; si no tuviera nada de nada (el ministerio ha decidido reducir las horas a la enseñanza de adultos, entre otras razones, por la caída del número de matrículas en los últimos años) quizá volvería a estudiar; si hubiera sabido que no tendría horas en la escuela X, no habría dedicado tanto tiempo a la elaboración de la puñetera Desiderata !!!
En fin, supongo que los seres humanos necesitamos vivir con algunas certidumbres. Por otro lado es lógico: queremos hacer planes, desarrollarnos como individuos, tener nuestra autonomía... Es eso tanto pedir al borde de los treinta?
Por otro lado, en las grandes esferas se plantean aumentar la edad de la jubilación...cómo es posible que se debata semejante estupidez con el paro juvenil que existe por doquier?

Pero veréis, después de darle muchas vueltas he encontrado el antídoto perfecto para que el efecto de estos idus malditos no se prolongue demasiado en el tiempo: bulería, muuuuucha bulería bisbalera. El mes que viene me voy al concierto de Bisbal en Bruselas, ya están las entradas compradas.

Y por lo demás... Que sea lo que dios (o Jupiter) quiera.

23 de marzo de 2010

Una (nueva) habitación propia

Virginia Woolf tenía muy claro que "a woman must have money and room of her own is she is to write fiction". Esta concepción le llevó a publicar en 1929 "A room of one´s own", una defensa de la capacidad creativa de las mujeres escritoras.

Yo comparto esta visión y voy mucho más allá: una mujer debe tener dinero y una habitación propia (real o en todo caso debe tener su espacio propio) para poder desarrollarse como persona en cualquier circunstancia, sea escritora o no.

Por eso he querido bautizar a mi espacio propio así, en honor a la Woolf (y porque por algún lado se tenía que ver la Filología Inglesa, lo reconozco) aunque quizá debería decir que lo he rebautizado (y de ahí lo de "nueva"). Mi primer amago de blog ya se llamó "una habitación propia" y lo tuve a través del espacio de msn. Sin embargo, durante los últimos años he sufrido en carne propia el síndrome de la pantalla en blanco...sí, hemos cambiado la página por la pantalla, qué le vamos a hacer! Somos hijos de nuestro tiempo. Pero, hoy por fin me he animado a abrir esta ventana para dar salida a mis divagaciones, observaciones y pensamientos.

Para terminar con esta introducción-presentación, una anécdota: es curioso y precioso que hoy "nazca" mi blog y que también haya sido hoy el día en el que ha nacido el hijo de una amiga, la cual, con su blog, me ha dado el empujoncito que necesitaba para crear el mío. Desde aquí quiero darte las gracias por compartir tu blog conmigo e inspirarme a comenzar el mío. Me emociona esta bonita coincidencia: el nacimiento de tu pequeño milagro y el mío...