8 de noviembre de 2012

Ilusión



En estos tiempos sombríos dominados por nubes negras y agoreros que proliferan en cada esquina y en cada columna periodística, quizá pueda un discurso a miles de kilómetros de distancia, devolvernos la ilusión.  Ayer por la mañana vi el discurso de Obama en directo y en inglés y creo que como a mí a millones de telespectadores y a oyentes que iban al trabajo en coche, nos llenó de emoción y de esperanza porque a fin de cuentas, quien dirige los Estados Unidos, de algún modo, dirige el mundo y nuestros destinos.  Los norteamericanos han sido valientes.  Lo que no supimos ser la mayoría de los europeos, que culpabilizamos a los gobiernos socialistas de la crisis económica y los chaqueteros de turno dieron la batuta a los partidos de la derecha (por ejemplo, en España).  La Europa intelectual siempre se ha sentido un poco por encima del país de las hamburguesas.  El grueso de nuestra población es mucho más culta y menos fanática.  Pero Europa se está volviendo muy gris azulmarengo y más particularmente mi querida España.  Día sí y día no los medios de comunicación nos fustigan con titulares apocalípticos, con declaraciones trasnochadas y afanes retrógrados de algunos políticos que dan miedo.  Pero ayer Obama, en un discurso sin duda holliwoodiense (y no por eso menos admirable), nos entusiasmó a todos.  Un discurso filosófico, un discurso lleno de agradecimientos entrañables, como la declaración de amor a su mujer (un ejemplo de primera dama, formada, crítica, combativa, nada de mujer florero) y a sus compañeros de partido y lleno de esperanza, de ilusiones que es lo que necesitamos para poder lanzarnos a la conquista de nuestros sueños.  En Europa, la clase política en lugar de motivarnos, aniquila nuestra capacidad de soñar. Obama habló de una gran familia en la que unos cuidan de otros.  Aquí cada día se impone un poco más eso de que “cada palo aguante su vela”. 
Sé que no sólo de palabras bonitas se vive, pero es un buen pistoletazo de salida.  ¿Cómo vamos a salir de la nube negra si primero no nos lo creemos?
Posdata: hay que escuchar el discurso de Obama original, en inglés of course y sin doblar, sólo así podrá llegarnos su mensaje, sin intermediarios, directo al corazón.

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