Son malos tiempos para la justicia.
Vengan a ver la farsa, el decorado roto, la peluca mal puesta, palabras de cartón y pantomima.
Son malos siglos para la justicia.
No existe majestad en la casa del rey. Nadie busque su voto en la tribuna de los parlamentos.
Son malos años para la justicia.
Como el mar no es azul, los barcos equivocan la cuenta de sus olas. Como el dinero es negro, la moneda menguante de la luna ha pagado el recibo de los trajes nocturnos.
Son malos meses para la justicia.
Se citaron el crimen y el silencio, no descansan en paz los perseguidos, el ladrón y el avaro se reúnen y la ley no responde a la pregunta de la bolsa o la vida.
Son malos días para la justicia.
Más de cinco millones de recuerdos naufragan con sus nombres en la cola del paro. Los vivos han perdido la memoriay los muertos no tienen donde caerse muertos.
Son malas horas para la justicia.
La política sueña una constitución en la que refugiarse. Los periódicos piden una buena noticia que llevarse a la boca.
El poeta no encuentralas palabras que quiere para decir verdad, reparación, justicia,
porque son malos tiempos, porque los tribunales se han sentado a cenar en la mesa del rico.
Vengan aquí y observen, es el tinglado de la nueva farsa, la toga sucia y el culpable limpio.
Luis García Montero